Permíteme que te haga esta pregunta: ¿Disfrutas plenamente de la vida o pasas como un sonámbulo por ella?
El vertiginoso ritmo de la vida moderna, los problemas cotidianas y el estrés nos hacen inmunes a muchas de las cosas sencillas de las que antes disfrutábamos. Sabes que el tiempo va pasando inexorablemente, pero, ¿realmente quieres limitarte a verlo pasar como un mero espectador pasivo?
Si la respuesta es NO, debes comenzar a centrarse en los múltiples placeres con que la vida nos obsequia a diario, y que quizás has olvidado.
A medida que crecemos, ‘desaprendemos’ a valorar las pequeñas cosas, por lo que tenemos que aprender de nuevo a disfrutar de los pequeño placeres. Este re-aprendizaje se lleva a cabo en tres pasos:
1- Anticipar
Se trata de disfrutar de una experiencia placentera antes de que se produzca. Si nos vamos a ir de vacaciones, o vamos a volver a ver a nuestra pareja después de un tiempo, podemos comenzar a ‘saborear’ esos momentos. Elimina ahora de tu mente cualquier preocupación o pensamiento negativo que se pueda producir por el futuro. Simplemente ejercita tu imaginación para comenzar a disfrutar de los buenos momentos que te esperan.
2- Saborear
Pon tus cinco sentidos en las experiencias. Mira detenidamente un paisaje, saborea cada trago de vino, detente a saborear un delicioso café, pasea despacio fijándote en tu entorno. Concentrándose en el aquí y el ahora de la experiencia, intentando captar los detalles disfrutarás mucho más y potenciarás el deleite de tus sentidos. Este concepto es lo que en psicología positiva se denomina Mindfulness o atención plena. Mientras más ejercites este paso, más agudizados estarán tus sentidos.
3- Recordar
Este último paso consiste en hacer memoria de las experiencias positivas que hemos vivido para así volver a disfrutarlas y también hacerlas más intensas. Podemos simplemente pensar en esos buenos momentos, pero también podemos contárselos a nuestros amigos (No hará falta que te diga lo terapéutico que es contar cosas a los amigos), ponerlos por escrito (puedes escribir un diario, una carta, un correo electrónico o, ¿porqué no?, incluso un libro) o compartir nuestras experiencias con otras personas.
Un pequeño ejercicio
Un ejercicio práctico que te propongo es que redactes una lista con actividades que te resulten placenteras. Intente realizarlas a lo largo del día poniendo en ellas todos tus sentidos para disfrutarlas más vívidamente. Te sorprenderás al comprobar que el solo hecho de poner por escrito actividades positivas te pondrán en el estado mental adecuado.
Originally posted 2018-12-19 03:59:21.