Es bien sabido que la dieta desempeña un papel cada vez más importante en nuestra salud mental y bienestar. Las personas a menudo comen para aliviar los sentimientos de ansiedad o estrés, sin darse cuenta de que sus opciones dietéticas suelen desembocar, a medio o largo plazo en mayor fatiga, estrés y desequilibrio del estado de ánimo.
La relación entre la psicología y la nutrición es bidireccional, esto es: lo que comemos afecta a nuestro estado de ánimo y nuestro estado de ánimo influye en lo que elegimos para comer. Por ejemplo, un reciente estudio halló que el consumo elevado de azúcar contribuye a la depresión en hombres. El estudio encontró que los hombres que consumían 67 gramos o más de azúcar por día eran 23% más propensos a ser diagnosticados con depresión en un período de cinco años que los hombres que comían 40 gramos o menos.
Otro sorprendente estudio estableció que la dieta occidental típica ejercía una influencia negativa en la conducta de los adolescentes, y que las dietas altas en frutas y vegetales de hoja verde obtenían mejores resultados en dichas conductas. También existen investigaciones que han apuntado a que muchas depresiones podrían estar causadas por una simple deficiencia de magnesio. No menos sorprendente resultan los casos de este estudio en en que los pacientes que consiguieron revertir los primeros síntomas del Alzheimer mediante alteraciones en su dieta y otros hábitos de vida.
La psiconutrición o psicología nutricional es un campo de trabajo emergente que estudia la forma en que los nutrientes afectan el estado de ánimo y el comportamiento. Este estudio incluye la comprensión científica de cómo la ingesta de nutrientes afecta a aspectos tales como nuestro estado de ánimo, niveles de energía, el envejecimiento prematuro, calidad del sueño, tolerancia al estrés, la inflamación, la energía, el sueño y las dificultades en el comportamiento. En otras palabras: el viejo y popular dicho de «Somos lo que comemos» es cien por cien acertado.
A pesar de los niveles sin precedentes de calidad de vida y riqueza material de los que gozamos hoy día -o precisamente por ello- , la mayoría de personas no vivimos un estilo de vida saludable en cuanto a la alimentación se refiere. No hemos sido debidamente educados para elegir la mejor comida posible, los alimentos grasos y azucarados son difíciles de resistir para la mayoría, y la prevalencia casi epidémica de trastornos como la obesidad, la diabetes y otros problemas de salud son la prueba palpable. Afortunadamente, hay maneras de combatir estas aflicciones, y una de esas formas es buscar un psicólogo nutricional que pueda proporcionar asesoramiento dietético y las dosis de motivación adecuadas.
La psicología nutricional proporciona a los profesionales de la salud una capa de información importante para comprender al paciente como un todo interconectado. Los profesionales del campo de la psicología ya evalúan todos los factores psicosociales y médicos que pueden estar contribuyendo al estado de ánimo y/o disfunción del comportamiento, pero nuestro modelo actual no está aún considerando en toda su importancia la nutrición como una pieza fundamental del rompecabezas.
Está claro que el ser humano no puede reducirse a una mera colección de procesos químicos, y la psicología nutricional hace hincapié en la relación mente-cuerpo. Por ejemplo, sabemos que el estrés reduce en gran medida la capacidad de nuestro cuerpo para combatir la enfermedad y las infecciones, que la depresión puede generar y agravar dolores y trastornos digestivos, y que el auto-odio puede desencadenar trastornos de la alimentación y elecciones dietéticas erróneas.
Por lo tanto, el campo de la psicología nutricional centra su atención específicamente en cómo los pensamientos y los sentimientos impactan en cómo comemos, lo que elegimos para comer, y además, cómo digerimos, asimilamos y metabolizamos ese alimento. Tomando una perspectiva psicológica cuando se trata de lo que elegimos para comer – lo rápido o lento que comemos, por qué comemos, cuando comemos y cuánto comemos – podemos alejarnos de hábitos alimenticios no deseados, sentimientos de estrés o constricción en la vida, y crear en su lugar una relación positiva y saludable con la comida, la vida y nosotros mismos.
Terapias de psicología nutricional
La psicología nutricional es un campo de la psicología que se centra en cómo nuestras actitudes, emociones y comportamientos en relación con la alimentación y la nutrición afectan nuestra salud y bienestar. Los profesionales de la psicología nutricional trabajan con individuos, grupos y comunidades para mejorar sus hábitos alimentarios y promover una nutrición adecuada. Esto puede incluir ayudar a las personas a manejar problemas de alimentación, como la obesidad o la anorexia, y trabajar con ellas para desarrollar una relación saludable con la comida. La psicología nutricional también se puede utilizar para investigar cómo factores como el entorno, la cultura y la publicidad influyen en nuestras decisiones alimentarias.
Existen varias terapias utilizadas en la psicología nutricional para tratar problemas relacionados con la alimentación y la nutrición. Estas terapias pueden ser individuales o grupales y se pueden utilizar de manera combinada para abordar diferentes aspectos del problema. Algunas de las terapias más comunes utilizadas en la psicología nutricional incluyen:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC se enfoca en cómo nuestros pensamientos, emociones y comportamientos están interrelacionados y cómo se pueden modificar para mejorar nuestra salud y bienestar. En la psicología nutricional, la TCC se puede utilizar para tratar trastornos alimentarios, ayudar a las personas a desarrollar hábitos alimentarios saludables y manejar problemas relacionados con el peso.
- Terapia interpersonal (TIP): La TIP se enfoca en cómo nuestras relaciones y comunicación con los demás afectan nuestro bienestar emocional. En la psicología nutricional, la TIP se puede utilizar para tratar trastornos alimentarios y ayudar a las personas a desarrollar habilidades de comunicación y resolución de conflictos para mejorar sus relaciones con los demás y su relación con la comida.
- Terapia centrada en el cliente (TCC): La TCC se enfoca en el aquí y ahora y en cómo las personas perciben y se relacionan con su entorno. En la psicología nutricional, la TCC se puede utilizar para ayudar a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos relacionados con la alimentación y la nutrición.
- Terapia familiar: La terapia familiar se enfoca en cómo las dinámicas familiares afectan el bienestar de los miembros de la familia. En la psicología nutricional, la terapia familiar se puede utilizar para tratar trastornos alimentarios y mejorar la comunicación y las relaciones entre los miembros de la familia en torno a la alimentación y la nutrición.
Estas son solo algunas de las terapias utilizadas en la psicología nutricional. Otros enfoques terapéuticos como la terapia ocupacional, la terapia de grupo y la terapia gestalt también se pueden utilizar para tratar problemas relacionados con la alimentación y la nutrición.
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Originally posted 2018-12-13 12:02:33.
