Aprendemos a hablar a una edad temprana, pero la mayoría de nosotros no tenemos un entrenamiento formal sobre cómo comunicarse efectivamente con los demás. Esto es más perjudicial de lo que parece, porque es una de las habilidades más importantes en la vida. Tanto si quieres tener mejores conversaciones en tu vida social o transmitir mejor tus ideas en el trabajo, aquí tienes algunos consejos esenciales para aprender a comunicarte de manera más efectiva.
Vigila tu lenguaje corporal
Verbalmente estás diciendo a tu compañero que estás abierto a la discusión pero al mismo tiempo tienes los brazos cruzados; dices que estás escuchando pero sin embargo no levantas la vista del teléfono. Nuestras señales no verbales son el 90% de la comunicación y a menudo revelan más de lo que creemos. Dese tu postura corporal a la forma en que haces contacto visual, no olvides nunca que, aunque no digas ni una sola palabra, te estás comunicando constantemente.
Para una mejor comunicación necesitarás adoptar una postura corporal que aumente instantáneamente tu confianza -y tu sensación de poder -sobre todo si vas a hablar en público-, y también te será muy útil aprender a leer el lenguaje corporal de otras personas para que puedas responder apropiadamente.
Deshazte de los rellenos de conversación innecesarios
Las típicas coletillas o latiguillos que todos tenemos («ehh…», «ahhh»…, «um…») hacen bien poco para mejorar tu comunicación y realmente pude llegar a matar tu credibilidad. Si los eliminas de raíz habrás dado un gran paso para ser más persuasivo y seguro. Antes de caer en estas palabras de relleno es preferible hacer pequeñas pausas. Esos silencios van a ser más incómodos para los demás para ti. Una buena técnica para destellar de una vez por todas estas molestas palabras de relleno es grabarte y oírte posteriormente a ti mismo para detectar la cantidad de veces que las dices durante una conversación.
Practica la conversación
Si crees que no eres bueno comunicándote con tus compañeros de trabajo o con desconocidos, practica con amigos y familiares con los que te sientas cómodo. Lo ideal es encontrar a personas que te den una respuesta honesta y te hagan saber su honesta opinión.
Ten un pequeño guión por si te quedas en blanco
La charla trivial es un arte que no todo el mundo domina. Para los inevitables e incómodos silencios con gente que apenas conoces, ayuda tener un pequeño guión. El método FORD (family, occupation, recreation, dreams: familia, ocupación, recreación, sueños) puede ayudarte a encontrar rápidamente temas sobre los que hablar y a convertir una charla trivial en una conversación más relevante al posibilitarnos encontrar un terreno común entre los interlocutores.
Cuenta una historia
Las narración de historias son una técnica muy poderosa, ya que activan nuestro cerebro, atraen nuestra atención y puede lograr espectaculares resultados en términos de persuasión.
Haz preguntas y repite palabras de la otra persona
Seamos sinceros, todos nos hemos distraído cuando alguien nos hablaba o bien no estamos seguros de haberle entendido bien. Hacer preguntas y repetir las últimas palabras de la otra persona muestra que estás interesado en lo que dice, te mantiene alerta y ayuda a aclarar puntos que de otra forma podrían ser mal entendidos (por ejemplo, «Para recapitular, ¿vamos a ir al cine este sábado?»). También ayuda para la charla y para llenar los silencios incómodos. En lugar de intentar suscitar una conversación sobre temas mundanos como el clima, hazle preguntas a la otra persona (por ejemplo, «¿Tienes planes para el verano?» o «¿Qué estás leyendo últimamente?») y participa en sus respuestas. Las preguntas son mucho más sugestivas que las charlas triviales. Es mucho más importante estar interesado que ser interesante.
Aparta las distracciones
No te engañes, es de mala educación estar mirando el teléfono móvil mientras alguien te está hablando. Tal vez no podamos deshacernos de todas nuestras distracciones o dejar de lado la tecnología por completo, pero el simple hecho de tomarnos el tiempo de mirar hacia arriba y hacer contacto visual podría mejorar enormemente nuestra comunicación con los demás.
Adapta el mensaje a tu audiencia
Los mejores comunicadores ajustan siempre su forma de hablar en función de a quién se dirigen; probablemente utilizarías un estilo de comunicación diferente con tus compañeros de trabajo o tu jefe en comparación con cuando hablas con tu pareja, los niños o los adultos. Siempre trata de tener en cuenta la perspectiva de la otra persona cuando intentas transmitir tu mensaje.
Sé breve y específico
Trasmite tu punto de vista con el menor número de palabras posible, sin enrollarte ni irte por las ramas. Claridad y concisión son dos de las 7 C de comunicación, junto con concreta, correcta, coherente, completa y cortés.
Aumenta tu empatía
La comunicación es una calle de doble sentido. Si aprendes a ponerte en el lugar del otro, puedes reducir la dificultad y la ansiedad que a veces surge al tratar de comunicarse efectivamente con los demás. (Por ejemplo, detectar cuando alguien está muy cansado o no está de humor para hablar). El desarrollo de la empatía te ayuda a comprender mejor incluso las partes no verbales de tu comunicación con los demás, y a responder con mayor eficacia. La empatía es probablemente la habilidad más importante que puedes practicar para mejorar las relaciones con los demás.
Escucha de verdad
Por último, y en consonancia con todo lo comentado anteriormente, lo mejor que puedes hacer para mejorar tus habilidades de comunicación es aprender a escuchar realmente, a prestar atención y dejar que la otra persona hable sin interrumpir. Esto no siempre es fácil, pero aunque tu estilos de comunicación no coincida, los dos interlocutores estaréis en la misma onda. Y con suerte la otra persona también te escuchará atentamente.
Originally posted 2020-02-02 12:03:46.