Cómo hacerse respetar: defiéndete del maltrato psicológico

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A veces, nos topamos con abusones, agresores verbales – e incluso físicos- cuyo único propósito parece ser el dejarnos el ridículo ante los demás. Esto es especialmente grave en entornos laborales, por ejemplo, en los que el mobbing está a la orden del día. Este acoso moral socavan constantemente nuestra autoridad y autoestima. Si te has fijado, hay personas con las que nadie se atreve, personas cuya seguridad en sí mismas está por encima de cualquier ataque. Tú puedes ser una de esas personas que exudan confianza y que todo el mundo respete.

¿Eres un imán para los agresores?

El lobo huele a las ovejas a distancia. Los agresores detectan a las víctimas más fáciles e inseguras para ejercer su maltrato psicológico. De alguna manera, hay personas que emiten ciertas señales que «invitan» inconscientemente a que las pisoteen. Muchas de estas señales que delatan inseguridad y anuncian el papel de víctima están en nuestra comunicación no verbal. Algunas de estas señales no verbales son:

Caminar de forma encorvada
Evitación del contacto visual
Postura inclinada, tanto de pie como sentado
Hombros encogidos
Parecen ocupar muy poco espacio, con los brazos y piernas pegados al cuerpo

Pero también hay otro tipo de señales que estas personas emiten, como por ejemplo:

Disculparse excesivamente
No saben decir «no» a nada
No saben parar los pies a los demás
Se rebajan a sí mismos
Ser demasiado cordial y solícito

En su libro «El arte de la autodefensa», Khaleghl Quinn denominó estas señales como «vacío de poder«. Estas y otras señas fueron recogidas por la pedagoga Barbara Berckhan en su libro ‘Cómo defenderse de los ataques verbales‘ (RBA, 2004). El vacío de poder, la falta de autoridad en definitiva, actúa como un imán para los agresores. El objetivo en estos casos, es librarse del poco agradecido papel de víctima, y para ello podemos llevar a cabo las siguientes acciones:

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Levanta un escudo protector. Ante las ofensas, levanta un imaginario escudo protector. Imagina un escudo invisible, como una mampara gruesa o un cristal a prueba de balas. Visualiza este cristal a través del cual puedes ver y oír con una cierta distancia. Deja que te invada la sensación de seguridad. Piensa en un mantra que te repetirás mientras te proteges con el escudo. Este mantra puede ser algo como «Esto no me afecta» o «Esto no es mi problema». Este escudo te permite reaccionar con tranquilidad y con la cabeza fría, sin que te afecte el estado de ánimo de los demás.

Muestra seguridad. Mostrar con nuestros gestos y postura corporal que tenemos seguridad y confianza será la mejor arma disuasoria para los «lobos». Cuando pisotean nuestros derechos tenemos que mostrarnos firmes y pararle los pies a quien nos agrede verbalmente.

Aprende a imponerte. Mantén siempre una buena postura corporal (espalda recta, barbilla hacia arriba), busca el contacto visual, sé amable pero no sumiso, no te insultes a tí mismo, di claramente lo que quieres y no supliques.

No rebajes tu valor con pensamientos negativos. Pensamientos como «aburro a todo el mundo», «no valgo para nada», «soy una inútil», «todos se reirán de mí», «Solamente soy una humilde ama de casa». Estos pensamientos son tu peores enemigos, minando tu autoestima y saboteando tu autoridad. Aprende a identificarlos cada vez que te vengan a la mente y transfórmalos en positivos.

Tu autoestima tiene que estar siempre a prueba de comentarios negativos. No dejes de practicar los ejercicios para mejorar tu autoestima.

Recuerda que tienes tus derechos asertivos, no permitas bajo ningún concepto que los pisoteen, pero respeta los de los demás.

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Aún con un escudo protactor e irradiando autoridad, no somos invulnerables a los abusos y burlas. Si esto ocurre, no te autoculpes ni te reproches nada, no eres tú quien lo está haciendo mal, sino el agresor. En muchas ocasiones, ignorar al agresor será la mayor de las ofensas.

Bibliografía

Bonet, Joseph Vicent, Se amigo de tí mismo. Manual de autoestima, Santander, Sal Terrae, 1997.

Branden, Nathaniel, Cómo mejorar su autoestima, Barcelona, Paidós, 1998.

González de Rivera, José Luis, El maltrato psicológico: Cómo defenderse del mobbing, el bullying y otras formas de acoso, Madrid, Espasa- Calpe, 2002.

Hirigoyen, Marie- France, El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana, Barcelona, Paidós, 1999.

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