Consumismo
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Entendemos el consumismo como la adquisición de bienes no esenciales. La mayoría de la gente compra cosas que no necesita, y muchas personas gastan más de lo que pueden permitirse por sus ingresos, hasta el punto de incurrir en enormes deudas. Pero ¿por qué ocurre esto?

 

Desde el final de la Primera Guerra Mundial, los publicistas juegan con nuestras motivaciones y emociones apelando a nuestros deseos de manera sutil. Los anuncios ya no se basan en la comunicación de datos sobre un producto. En cambio, prometen aventura, prestigio, salud, reputación, estima, alegría, satisfacción y sexo. ¿Qué motivaciones internas están guiando subconscientemente tus compras? Curiosamente, fue un sobrino de Freud, Edward Bernays quien tras la durante la Primera Guerra Mundial comenzó a utilizar el marco teórico del psicoanálisis para jugar con los deseos y motivaciones de las personas. Durante la guerra, Bernays utilizó sus técnicas en campañas de propaganda y reclutamiento de soldados. Al finalizar la guerra, aplicó las técnicas de propaganda en campañas publicitarias. Hasta ese momento, la gente sólo compraba en base a sus necesidades y había excedentes de producción, por lo que surgieron las modernas y agresivas técnicas de marketing que llega hasta nuestros días.

 

Pero además de esto existen otras causas:

 

  • Insatisfacción personal.
  • Tedio o aburrimiento.
  • Falta de actitud crítica ante la publicidad. (La publicidad idealiza la satisfacción y felicidad personal producida por el consumismo).
  • Personalidad manipulable.
  • Aceptación de valores consumistas como la identificación de bienes materiales con prestigio o estatus.
  • Presión social
  • Ciertas patologías nos hacen también más proclives al consumismo, ya que pensamos que comprando determinados tipos de producto (como los productos milagro) resolveremos el problema.
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Medidas prácticas para reducir el consumismo y las compras impulsivas

 

  • Antes de comprar algo, reflexiona detenidamente si realmente necesitas comprarlo o si simplemente estás siendo guiado por la publicidad.

 

  • A a la hora de compra, plantéate seriamente si es algo que necesitas en realidad o buscas llenar un vacío o una sensación efímera de felicidad.

 

  • Una buena forma de evitar las compras impulsivas es, teniendo en cuenta el precio del producto que piensas comprar, calcular las horas de trabajo que te costaría adquirirlo. Es decir, no pienses que vas a pagar en dinero, sino en número de horas trabajadas. Piensa que lo que ocurre cada vez que adquieres algo es que entregas a cambio tiempo de tu vida. Ten esto presente y comprobarás que te lo pensarás dos veces antes de adquirir ciertas cosas.

 

  • Evalúa los costes ocultos. Casi siempre, cuando compramos un artículo, tan sólo miramos el precio de la etiqueta. Pero esto no es el costo total. Nuestras compras siempre cuestan más. Requieren nuestro tiempo, energía y enfoque (limpieza, organización, mantenimiento, reparación, reemplazo, eliminación). Provocan preocupación, estrés y apego.

 

  • No copies a los demás. El hecho de que tus amigos, vecinos o compañeros estén persiguiendo un cierto estilo de vida (como quien se compra el coche más grande) no significa que tú también tengas que hacerlo. Tu vida es única y has de hacer prevalecer tus valores. Y si crees que serás más feliz siguiendo las últimas tendencias de la sociedad, estás equivocado. Si todavía lo dudas, pregúntale a quien ya lo haya hecho.

 

  • Considera también las consecuencias de un producto antes de su adquisición, como son su impacto en la salud, en el ecosistema y en la economía local y personal. También el motivo que te hace desearlo, si es una necesidad concreta y real y creada artificialmente por la moda o las campañas de publicidad.
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  • Usa la regla de los 30 días, por ejemplo: cuando ve algo que deseas, no lo compres de inmediato; en su lugar, anótalo en un calendario y espera 30 días. Si aún lo quieres en un mes, considera comprarlo. Descubrirás que pasado ese tiempo ya no te interesará muchas de las cosas que anotaste.

 

  • Y por último, identifica aquellas actividades que te hacen verdaderamente feliz y céntrate en ellas; puede ser aprender algo nuevo, hacer nuevos amigos, salir con los que ya tienes, hacer deporte, ir a conciertos, leer, oír música, pasear al aire libre… Todas estas actividades proporcionan una felicidad mucho más duradera que el mero acto de comprar.

 

 

Te lo resumo todo en este vídeo:

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Originally posted 2019-05-22 18:14:57.

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Por Juanjo Ramos

Juanjo Ramos es psicólogo y escritor. Ha publicado numerosos libros y audiolibros especializados en psicología y marketing digital. También es el prolífico y reconocido autor de los libros 'Minimalismo: una vida más feliz con menos cosas', 'Superando el apego evitativo', 'Ejercicios de psicología positiva' y 'Mindfulness: aprende a disfrutar del aquí y el ahora', entre muchos otros.