Sáb. Nov 23rd, 2024
Autoestima
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La autoestima, o lo que es lo mismo, cómo nos vemos y cómo nos sentimos con nosotros mismos,es un factor esencial para alcanzar la felicidad. Decimos que una persona se tiene al alta autoestima cuando aquella tiene una valoración positiva de sí misma. La autoestima no tiene que ver con nuestra apariencia física ni con la cantidad de dinero que ganemos, sino en conocernos y apreciarnos por lo que somos, con nuestras virtudes y defectos. En la cultura occidental se está identificando -errónea y lamentablemente-, autoestima con éxito, y este último a su vez se equipara casi exclusivamente con bienes materiales.

 

Beneficios de poseer una buena autoestima

La autoestima nos va a proporcionar más estabilidad interior. Obviamente, cuando te gustas más a ti mismo no te esfuerzas tanto (a menudo mediante conductas destructivas) para conseguir la atención y la atención de otras personas. Como beneficio adicional, comprobarás que no te importará tanto lo que la gente pueda pensar o decir de ti. La autoestima saludable nos motivará a conseguir más cosas de la vida, sintiéndonos merecedores de ello. Como un plus, con una mejor autoestima seremos percibidos como mucho más atractivos para los demás.

Las personas con una sana autoestima son más felices, capaces de sentirse bien acerca de sí mismos por lo que son, saben apreciar su propio valor, manejan mejor las dificultades de la vida y se enorgullecen de sus habilidades y logros.

Sin poseer una autoestima saludable no podremos mejorar nunca nuestras habilidades sociales.

Pero ¿Cómo mejorar nuestra autoestima? Veamos una serie de pasos que impulsarán este sentimiento tan importante sobre nosotros mismos:

 

Cómo mejorar tu autoestima

 

Establece metas realistas

Pocas cosas son tan perjudiciales para nuestra autoestima como el establecimiento de expectativas poco realistas. Si alguien piensa que a los 35 años tiene que vivir en una gran mansión y tener una colección de coches deportivos sin duda sufrirá un duro golpe a su autoestima si llega a esa edad y no consigue dicha meta. Intentar cambiar a los demás y convertirlos en como a nosotros nos gustarían que fueran es otro ejemplo de meta poco realista. Ajustar nuestras expectativas a la realidad será muy beneficioso para nuestra autoestima.

 

Conoce tus fortalezas y debilidades

La máxima ‘Conócete a ti mismo‘ es un gran consejo que debemos aspirar a cumplir. Por lo general, las personas más felices y mejor adaptadas son las que dedican tiempo al autoconocimiento y a la toma de conciencia de sus fortalezas y debilidades. Esto ayuda también a saber detectar nuevas oportunidades,abrirnos a  nuevos pensamientos y a probar cosas nuevas. En este sentido es un buen ejercicio tomarnos unos minutos al día para escribir las cosas que gustan sobre nosotros y leer las respuestas cuando tu autoestima necesite un empujón.

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Evita las comparaciones con lo demás

Sin duda una de las mejores formas de torpedear nuestra autoestima es compararnos con los demás. Pensando que las personas que nos rodean tiene más cosas que nosotros o son mejores que nosotros no nos hacemos ningún favor. Por ello necesitamos detener drásticamente este tipo de comparaciones y focalizarnos en crecer como personas y mejorar nuestras habilidades y conocimientos.

 

Controla al enemigo interior

Mucha gente tiene su peor enemigo dentro de ellos mismos. Todos tenemos una suerte de ‘crítico’ interior que mina gradualmente nuestra autoestima sin que nos demos cuenta. Nuestro crítico particular puede convertirse de hecho en nuestro peor enemigo, ya que nos induce pensamientos negativos del tipo ‘no valgo nada’, ‘todo lo hago mal’, ‘tus compañeros de trabajo son mejores que tú’…que sabotean nuestra felicidad constantemente. Si bien es difícil eliminar esta voz interior completamente, es posible minimizarla y reemplazarla gradualmente con pensamientos positivos y constructivos. Detener los pensamientos negativos mediante una palabra o frase: ‘basta’,  ‘para’, o ‘esto no me va a ayudar’, que podemos decirnos mentalmente (o incluso verbalizándola en voz alta), es una técnica muy efectiva. Tras parar la cadena de pensamiento negativo tenemos que redirigir nuestro pensamiento a cosas agradables que tenemos planeado hacer.

 

Encuentra la motivación adecuada

La motivación es necesaria para pasar a la acción, requisito este necesario para combatir los pensamientos saboteadores sobre nuestra autoestima. Para motivarnos necesitaremos recordarnos a nosotros mismos los beneficios de nuestras acciones (por ejemplo, anotándolos en un papel).

Nuestras metas deben ser todas aquellas que realmente nos ayuden a sentirnos mejor: puede ser mejorar nuestra forma física, realizar un trabajo que nos guste, viajar, terminar un proyecto que nos ilusione o dedicar más tiempo a familia o amigos. Un buen ejercicio práctico que podemos realizar es apuntar los beneficios que nos deparará conseguir nuestros objetivos y colocar la lista en un sitio donde podamos verla a diario. Al enfocarnos en las cosas que nos gustan, la motivación vendrá prácticamente sola.

 

Prueba cosas nuevas y pasa a la acción

No importa si tropezamos por el camino; intentar cosas nuevas, asumir nuevos retos y cumplir objetivos no realizados enriquecerán nuestro autoconcepto y autoestima.

Siempre es mejor ponerse en movimiento a iniciar algo que quedarse tirado en el sofa lamentándonse. Cuando nos desafiamos a nosotros mismos con un nuevo y diferente reto, estamos saliendo de nuestras rutinas habituales. El mero hecho de intentar algo nuevo hará que nuestra autoestima comience a subir. Por tanto, es aconsejable ir saliendo, poco a poco, de nuestra zona de confort para intentar cosas nuevas y transitar por caminos inexplorados. A veces, algo tan sencillo como levantarnos del sofá y realizar alguna actividad: ir al gimnasio, a un museo, apuntarnos a un curso presencial, realizar un voluntariado, etc…puede ser el factor determinante para dejar de sentirnos mal con nosotros mismos y comenzar a apreciar nuevas cosas. A veces es algo tan simple como hacer un cumplido a alguien, dejar de fumar, o comenzar a comer de manera más saludable. También podemos probar a ir sitios nuevos, aprender nuevas materias, escribir un blog, cocinar recetas distintas o salir a pasear por un camino diferente.

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Asume que la perfección no existe

La búsqueda del perfeccionismo constante en todas las facetas de nuesta vida es un hábito negativo que juega siempre en nuestra contra, ya que puede llegar a ser un pensamiento altamente paralizante. Si pensamos que nunca vamos a ser lo suficientemente buenos en algo, no lo hacemos para no defraudarnos a nosotros mismos ni a los demás. Del mismo modo, nosotros nunca seremos perfectos, pues como seres humanos tenemos defectos y cometemos errores. La perfección es un mito inasible creado por la sociedad: nadie tiene la relación perfecta, el trabajo perfecto y la vida perfecta.

El resultado de este pensamiento es la baja autoestima y la procastinación, vamos aparcando nuestros proyectos y el inevitable resultado es el hundimiento de nuestra autoestima. El perfeccionista patológico nunca está satisfecho con los resultados conseguidos, por tanto sus pensamientos sobre si mismo son cada vez más negativos. Para evitar o minimizar esta trampa tenemos que establecer metas realistas, dar lo máximo y hacerlo lo mejor que podamos, pero asumiendo siempre que las perfección es inalcanzable y que el choque de nuestras expectativas con la realidad puede dañar seriamente nuestra motivación y autoestima.

 

Valora tus logros

Una forma de mejorar la forma en que nos sentimos con nosotros mismos consiste en tomar conciencia de todo lo que hemos logrado en la vida, centrándonos en lo positivo.  Pensar en todo lo que logramos en los últimos años, tomando conciencia de los logros que conquistamos nos facilitará replicar esos éxitos en el futuro.

 

Acepta tus errores

Todos nos equivocamos, ya que los errores son una de las cosas que nos caracterizan como humanos y cometerlos no nos convierten en malas personas. Hemos de intentar extraer las enseñanzas de los errores y aprender cómo evitarlos en el futuro, pero sin centrarnos en ellos y atormentarnos por la culpa. Aceptarnos a nosotros mismos es crucial para apaciguar el crítico interior.

 

Evita pasar tiempo con personas destructivas

Si las personas de tu entorno te hacen sentir mal con sus opiniones, su mala educación o con un comportamiento que sientes como agresivo, intenta (si por cualquier razón no puedes dejar de verlas) reducir al máximo el tiempo que pasas con ellas. Estas personas tóxicas nos provocan un gran desgaste, por lo que es imperativo sustituir estas compañías poco saludables por personas positivas y optimistas que encajen más con tu forma de ser o compartan tus metas y objetivos en la vida.

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Cuida tu imagen

Cuidar la propia imagen significa quererse y apreciarse. Al prestar atención a nuestra higiene y vestimenta estamos comunicando a los demás y a nosotros mismos que nos valoramos y respetamos. Al vernos mejor aumentará nuestra autoimagen y confianza a la hora de relacionarnos con los demás.

 

Haz ejercicio

Con la práctica de ejercicio físico moderado (ejercicios aeróbicos de 15 a 30 minutos) obtendremos un doble beneficio: por un lado estaremos combatiendo el estrés y poniendo coto a la depresión; por otro, ayudamos a mejorar nuestro estado de forma y apariencia física. Está ampliamente demostrado que el ejercicio físico reduce las emociones negativas como la ansiedad.

 

Se tú mismo

Ser uno mismo significa no imitar a nadie, no basar nuestras opiniones en las de lo demás y no basar lo que pensamos de nosotros mismos en lo que piensan los demás. Aprender a encajar las críticas también forma parte la construcción de una autoestima saludable.

 

Sonríe

Diversos estudios corroboran que el simple y saludable hecho de sonreir basta para sentirnos mejor. De acuerdo con esta teoría, los movimientos faciales producidos al sonreir inciden directamente en la actividad cerebral asociada con la felicidad.

 

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Originally posted 2018-08-14 14:00:40.

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Por Juanjo Ramos

Juanjo Ramos es psicólogo y escritor. Ha publicado numerosos libros y audiolibros especializados en psicología y marketing digital. También es el prolífico y reconocido autor de los libros 'Minimalismo: una vida más feliz con menos cosas', 'Superando el apego evitativo', 'Ejercicios de psicología positiva' y 'Mindfulness: aprende a disfrutar del aquí y el ahora', entre muchos otros.