¿Ayuda el café a combatir la depresión?

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Puede que no sea una sorpresa para la mayoría de las personas que el café pueda tener un efecto positivo en el estado de ánimo. Muchas bebidas de consumo cotidiano no están tan asociadas al bienestar de la mente y el cuerpo.

Si bien no está indicado para personas con problemas de insomnio o ansiedad, el café puede tener efectos beneficiosos para la salud de la mente. Numerosos estudios indican que el café puede ayudar a prevenir la depresión e incluso reducir los síntomas de la misma en quienes ya los padecen gracias a los antioxidantes y otros compuestos químicos presentes en la bebida.

Investigadores de la Universidad de Huázhong de Ciencia y Tecnología en China realizaron un metaanálisis de 15 estudios sobre el consumo de café y la depresión. Sus hallazgos sugieren que el consumo moderado de café puede reducir el riesgo de desarrollar depresión, posiblemente debido a la reducción de la inflamación del cerebro gracias a los antioxidantes presentes en el café. Por otro lado, las sustancias que bloquean los receptores de adenosina podrían estar relacionadas con un aumento de la efectividad de la dopamina, el neurotransmisor clave en la motivación y la capacidad de sentir placer.

Otro estudio, en este caso dirigido por la Escuela de Salud Pública de Harvard (2016), investigó las conexiones entre el consumo de café y el riesgo de depresión en mujeres. Los resultados fueron claros: aquellas mujeres que consumían hasta cuatro tazas de café al día tenían un 20% menos de riesgo de sufrir depresión, comparado con quienes no consumían café. Los investigadores creen que este efecto protector está mediado por los compuestos antioxidantes del café y por su capacidad para mantener estable la actividad neuronal.

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También se han obtenido resultados similares de que el café ayuda a aliviar el trastorno depresivo. Pero los investigadores advierten que los excesos nunca son saludables.

Aunque se entiende más la relación de la depresión con el estilo de vida y los factores estresantes externos, como la ansiedad y el insomnio, la depresión es un trastorno complejo. El café puede ayudar a mitigar los efectos negativos debido a la acción combinada de compuestos antioxidantes, junto con otras sustancias que afectan a los sistemas químicos del cerebro. Sin embargo, es importante equilibrar la ingesta, ya que el exceso podría causar ansiedad o problemas para dormir en personas sensibles.

La segunda hipótesis que ve los efectos antidepresivos del consumo de café está relacionada con un estudio dirigido por la Sociedad de Neuroquímica que plantea aumentar la vigilia y la interacción.

Cuando estamos despiertos y alerta después de una buena noche de sueño, las bases para afrontar el día con ánimo son más sólidas. Los efectos de la cafeína, incluyendo un mejor estado de ánimo y energía, podrían amplificar el efecto protector del café contra la depresión. Así, una taza moderada podría resultar más beneficiosa para las personas que luchan con este trastorno que para aquellas que no lo padecen. Sin embargo, los efectos también pueden variar de una persona a otra, dependiendo de su metabolismo y sensibilidad.

Esto supone explicar que el café consumido de forma prudente, moderada y recurrente disminuye y actúa sobre los síntomas. En todo caso, se trata de un tema que aún se estudia para valorar su impacto a largo plazo.

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Los recursos sugeridos por los investigadores indican que el café ayuda a hacer que la depresión se haga más manejable manteniendo la energía, incluso en el trabajo. Es importante no demonizar el café, pues muchos resultados confirman su consumo como una posible medida de protección de enfermedades degenerativas. En el caso de la depresión, parece, según estos estudios, que el café puede ayudar a estabilizar el estado de ánimo y mejorar la capacidad de enfoque y rendimiento diario. Con la incorporación de antioxidantes, esto podría explicar su rol como un apoyo adicional en la salud depresiva.

Referencias bibliográficas

Wang, L., Shen, X., Wu, Y., Zhang, D. Coffee and caffeine consumption and depression: A meta-analysis of observational studies. Aust N Z J Psychiatry, 2016; 50(3): 228-242.